Page 11 - Libro Max Cetto
P. 11
Prefacio Bettina Cetto
Pensando en las nuevas generaciones consideré pertinente brindar, de entrada, un re-
paso de los archivos en los que se encuentran a resguardo materiales de Max Cetto y sobre
él. En un apéndice a mi ensayo presento un listado de las obras de Cetto elaborado por mí;
no es el mismo que el arquitecto presentaba cuando una editorial o una universidad se lo
solicitaban, el que yo he creado es bastante más amplio y ello se justifica en el cuerpo de mi
texto. Asimismo, incluyo una compilación bibliográfica de textos publicados de la autoría de
Cetto, así como un listado de libros y de artículos que se relacionan con nuestro protagoni-
sta y con la arquitectura moderna, especialmente la de México. Mi afán es que estos datos
ayuden a los estudiantes y a quienes decidan investigar sobre Cetto.
Sobre los archivos
Catarina Cetto, la compañera de vida de nuestro protagonista, se preocupó y ocupó en sus
últimos años porque el legado documental del arquitecto no se perdiera. En tal virtud, se
integraron varios archivos.
Iniciamos con el de la época de Cetto en su natal Alemania. Este archivo se encuentra
en resguardo en el Deutsches Architektur Museum (Dam) de Frankfurt. Consta de 600
fotografías, 70 planos, 25 dibujos, cientos de cartas, manuscritos y otros documentos que
dan cuenta de la prolífica actividad que desarrollara el joven arquitecto para el entonces
gobierno progresista de la ciudad de Frankfurt, de obras posteriores, así como de bosque-
jos que datan de su época de estudiante en el taller de su admirado maestro Hans Poelzig
en Berlín. Cabe mencionar que Max Cetto no estudió en la Bauhaus pues cuando ésta se
trasladó de Weimar a Dessau, para finalmente incorporar clases de arquitectura, él ya se
había recibido. Inició su trayectoria en 1926, al terminar la carrera. Muy joven, a la edad de
23 años, se incorporó al Departamento de Planeación Urbana y Obras Públicas de Frankfurt,
bajo la dirección del destacado arquitecto urbanista Ernst May. Ahí, gracias a su formación
de arquitecto-ingeniero, proyectó un buen número de obras industriales, obras en parques,
en conjuntos de viviendas, en hospitales, una famosa escuela de cocina, un edificio deportivo,
varias gasolineras, un molino de carbón y dos plantas generatrices para la empresa estatal
de electricidad. Incluso, en colaboración con Wolfgang Bangert, participó en el concurso
para el edificio de la Liga de las Naciones en Ginebra, proyecto que recibió con beneplácito
Sigfried Gideon, quien lo calificó como el mejor proyecto alemán. Un poco más adelante
dirigiría la construcción de puertos aéreos en varias localidades alemanas y proyectaría con-
strucciones particulares en Frankfurt. También tuvo en Alemania práctica docente, súbita-
mente suspendida probablemente a raíz de la hoy célebre carta que dirigiera al ministro de
4
Cultura del Tercer Reich. En breves palabras, este archivo encapsula un trabajo fecundo
que se vio frenado en su país natal por la escalada del nazismo. El ambiente que imperaba
le hizo optar, como a varios de sus colegas, por buscar nuevos horizontes. 5
En el espacio virtual es posible verificar qué materiales se encuentran bajo resguardo
en el Dam. Perfectamente organizados en carpetas –cada una encabezada por un texto que
analiza y resume su contenido– se puede saber qué documentos, cuáles planos y fotos tienen
ahí, con su respectivo número de inventario. Incluso, proporcionan sobre pedido el listado
de libros que recibieron, procedentes de la biblioteca especializada de Cetto. Así organizan
4 Max Cetto, “Brief eines jungen deutschen Architekten an Dr. Goebbels”, Die Neue Stadt, 1933, 26-28. La versión
en español, traducción de Mariana Frenk Westheim, se puede consultar en Susanne Dussel Peters, Max Cetto (1903-
1980) Arquitecto mexicano-alemán (Ciudad de México: Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, 1995), 70-75,
disponible en http://zaloamati.azc.uam.mx/handle/11191/1453.
5 Al respecto recomiendo la lectura de Daniel Escotto “Max Cetto y la arquitectura de entreguerras”, Bitácora Arquitectura 9
(2003) y la de Evelyn Hils-Brockhoff, “Zum Nachlass von Max Cetto (1903-1980)” (Múnich-Nueva York: dam Architektur
Jahrbuch 1996, Prestel Verlag), 178-183.
10 11