Page 64 - Libro Max Cetto
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Cetto visto desde la cercanía                                 Bettina Cetto

















































                  Fig. 1 Plano original del edificio para artistas, Melchor Ocampo 38, 1939, © Archivo Max Cetto UAM Azcapotzalco.


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                  Villagrán fue de lo más sencillo que se puedan ustedes imaginar”.  Poco le preocuparon
                  estas vicisitudes, pues así conoció a los trabajadores emigrantes del campo y quedó maravi-
                  llado con su destreza y creatividad. A partir de entonces siempre hablaría de la arquitectura
                  mexicana unida a quienes la construyen. Donde sí ganaba lo que pedía, era por las tardes, en
                  virtud de que Luis Barragán también le dio trabajo de inmediato y le llevaba los proyectos
                  a desarrollar a casa. Durante aquel primer tiempo, Cetto proyectó y dibujó para él. Tras
                  algunas escasas indicaciones de Barragán, él debía proponer y diseñar los espacios.
                      Como destaca Susanne Dussel, la única obra en que Barragán le da créditos a Cetto
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                  como colaborador, es en el edificio de Melchor Ocampo 38,  en su momento habitado por
                  artistas ilustres como Juan Soriano y la diseñadora Clara Porset.
                      Era el momento en que, en la Ciudad de México, se edificaban casas y edificios para
                  renta  que debían construirse rápidamente, ser baratas y tener un aspecto moderno, para
                  satisfacer el gusto de la creciente clase media mexicana. Entonces, a Cetto le toca diseñar
                  varios de estos edificios, no sólo para Luis Barragán sino primordialmente con el joven ar-
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                  quitecto yucateco Jorge Rubio,  como lo atestiguan los planos de plantas, cortes y variantes
                  de fachadas, o bien apuntes perspectivos interiores de más de 12 proyectos que obran en el
                  Archivo Max Cetto de la Uam Azcapozalco. Abundan ahí diseños de escaleras y de chime-
                  neas, pero también encontramos los axonométricos de las fachadas (a color y en original),

                  7 Lilia Gómez, “Entrevista con el arquitecto Max L. Cetto” en Testimonios Vivos. 20 arquitectos: 1781-1981, bicentenario
                  de la Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura (Ciudad de México: INBA-SEP, 1981), 119-120.
                  8 Al respecto subraya que: “El terreno del edificio es muy irregular y estrecho, a pesar de ello Max Cetto logró proyectar
                  un edificio que, además de cumplir perfectamente con las exigencias de la arquitectura funcional, es de enorme calidad
                  espacial”, Dussel, Max Cetto (1903-1980), 143.
                  9 Esto lo relata ampliamente Cetto en la última entrevista publicada que se le hiciera en vida: Gómez, “Entrevista con el
                  arquitecto Max L. Cetto”, 119.

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