Page 28 - Libro Max Cetto
P. 28

Max L. Cetto y el territorio de la arquitectura





                                                        74
                  en el art nouveau como en la Bauhaus.  En su libro destacaba de forma acertada la gran
                  influencia que los muralistas mexicanos habían ejercido sobre la arquitectura del país, pero
                  opinaba que el principal problema de la integración plástica promovida por ellos residía en
                  la “discrepancia” entre su arte figurativo y la naturaleza abstracta y de herencia vanguardis-
                  ta de la arquitectura moderna. Efectivamente, para Cetto el muralismo estaba “estancado”
                  en formas realistas de representación, debido principalmente a consideraciones de orden
                                                                                       75
                  propagandístico y por ello mismo “frecuentemente anti-arquitectónico”.  Así, veía en casi
                  todos los intentos de integración plástica de Ciudad Universitaria un resultado opuesto al
                                           76
                  deseado: “desintegración”.   Para él “la obra decorativa más convincente” del conjunto era
                  el gran mural hecho a base de mosaicos de piedra realizado por O’Gorman para la Biblio-
                  teca Central. Contra la “autocrítica” de su propio autor (en la que responsabilizaba no a los
                  mosaicos, sino a la arquitectura del edificio de no ser acorde al lenguaje realista de la obra
                           77
                  plástica),  Cetto veía precisamente en este mural un carácter arquitectónico que lograba la
                  integración, aunque O’Gorman no lo reconociera. Según Cetto el problema principal en el
                  juicio de O’Gorman era que “invertía el orden natural [léase, la jerarquía] entre la arquitec-
                                            78
                  tura y las artes hermanas”.   Esto resonaba mucho con Poelzig, para quien la arquitectura
                                                    79
                  era ante todo ars magna (gran arte),  una idea asimilada por Cetto quien, con gran valentía,
                  la había expuesto a Goebbels en su carta al advertirle que la arquitectura era el “arte ma-
                                                                                                       80
                  yor” (grosse Kunst): “aquel que integra todas las demás actividades humanas productivas”.
                  Nociones aparentemente pretenciosas,  ars magna y  grosse Kunst, se traducen simple y
                                                   81
                  redundantemente en arquitectura.  Y en una más de sus reafirmaciones disciplinares, pero
                  también en lo que se leía como un polémico llamado a la subordinación de los artistas “plásticos”
                 –de tan fuerte personalidad en México– a la autoridad del arquitecto, Cetto sentenciaba que
                  la integración de la artes requería de “colaboradores disciplinados” (disziplinierter partner). 82
                      Pero más que la biblioteca, cuya virtud residía en lo “arquitectónico” de su decoración,
                  los proyectos más exitosos desde un punto de vista realmente integral de Ciudad Universi-
                  taria eran para él las instalaciones deportivas: los frontones de Alberto T. Arai y el estadio
                  olímpico de Augusto Pérez Palacios, Jorge Bravo Jiménez y Raúl Salinas Moro. De ambos
                  proyectos Cetto destacaba su adaptación al paisaje y su relación con la arquitectura de los
                  centros ceremoniales prehispánicos, pero como los frontones dependían de un sistema de
                  marcos de concreto ocultos que posibilitaban su forma exterior, el estadio representaba una
                  más honesta e ingeniosa interpretación de los métodos constructivos de las antiguas pirámi-
                      83
                  des.   De este proyecto Cetto elogiaba su armoniosa y evocativa forma, resultado de un pro-
                  ceso constructivo que consistía en grandes movimientos de tierra, así como el gran relieve


                  74 Max L. Cetto, Modern Architecture in Mexico, 215 n. 15.
                  75 En esta apreciación concordaba con Giedion, quien desdeñaba al arte del “realismo social” por ver en él una gran carga
                  ideológica que obstaculizaba una verdadera “síntesis de las artes”. En efecto, como secretario general del ciam, Giedion
                  veía en las vanguardias abstraccionistas y cubistas el filtro esencial en el paso hacia una modernidad arquitectónica, y eran
                  por tanto esas vanguardias las más aptas para generar dicha síntesis, Sigfried Giedion, Architecture, You and Me: The Diary
                  of a Development (Cambridge: Harvard University Press, 1958) 79-92.
                  76 Max L. Cetto, Modern Architecture in Mexico, 30.
                  77 Ver Juan O’Gorman, “Autocrítica del edificio de la Biblioteca Central de la Ciudad Universitaria” (1953) en Ida
                  Rodríguez Prampolini coord., La Palabra de Juan O’Gorman (Ciudad de México: unam, 1983), 163-164. La apreciación
                  de Cetto coincidía con (y quizás estaba basada en) la de Henry-Russell Hitchcock, quien afirmaba que el mural de la
                  biblioteca era “eminentemente arquitectónico” (Hitchcock, Latin-American Architecture Since 1945, 77).

                  78 Max L. Cetto, Modern Architecture in Mexico, 30.

                  79 “La arquitectura como ars magna no puede simplemente extraerse del suelo, sino que surge sólo ahí donde una gran
                  revolución unificadora ha ocurrido y en donde la convicción de que debemos trabajar para la eternidad ha echado raíces.”
                  Hans Poelzig citado en Marco Biraghi, Hans Poelzig. Architettura, Ars Magna (1869-1936) (Venecia: Arsenale, 1992), 6.

                  80 Max L. Cetto, “Brief eines jungen deutschen Architekten an Dr. Goebbels”.

                  81 La raíz arché significa “mayor” o “principal” y techné (vinculada a la raíz tecton, “artífice” u “obrero”) “técnica” o “arte”. Ver
                  José Ricardo Morales, Arquitectónica: sobre la idea y el sentido de la arquitectura (Santiago: Universidad del Bío-Bío, 1984),
                  159-164.

                  82 Max L. Cetto, Modern Architecture in Mexico, 30.
                  83 Max L. Cetto, Modern Architecture in Mexico, 30.
                  28
   23   24   25   26   27   28   29   30   31   32   33