Page 30 - Libro Max Cetto
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Max L. Cetto y el territorio de la arquitectura
su pretendida emotividad Cetto, también sarcásticamente, citaba a Mario Pani, promotor
de las mismas, para quien las torres “simbolizan ese propósito incoercible del hombre que
trasciende en las grandes cosas que parece inútiles, pero que representan la presencia del
espíritu y de la dignidad en las obras humanas”. 90
En contraste con todos estos ejemplos, Cetto consideraba las edificaciones del arqui-
tecto e ingeniero español Félix Candela como bellas y técnicamente ingeniosas, además
de social y prácticamente útiles, por lo que veía en su obra una mayor calidad emotiva y
de integración. En efecto, en su libro Cetto dedicaba varias páginas a describir e ilustrar
los “cascarones” de Candela, elogiando su aproximación “práctico-intuitiva” al diseño es-
tructural y arquitectónico. 91
Como se apreciaba en esta y otras partes de su libro, la postura de Cetto no representaba
una mera crítica negativa a la arquitectura moderna de México, sino un mesurado análisis
tanto de su situación general como de una serie de ejemplos cuidadosamente seleccionados
para describir sus méritos y deficiencias. Sus análisis, como hemos enfatizado, estaban basados
en criterios marcadamente disciplinares que hacían eco de principios que desde la antigüe-
dad conformaban un legado identificable y en cierto sentido aún apropiados para la época
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moderna. A este respecto, su valoración de las obras de sus colegas y de las suyas propias
era en general favorable. Sus elogios iban especialmente dirigidos a los esfuerzos colectivos
que gracias al ímpetu posrevolucionario se habían transformado en programas oficiales
de construcción de obra pública, en especial de escuelas, hospitales y en menor medida de
vivienda. Tanto en relación a estos programas como a los proyectos institucionales y parti-
culares, las críticas y los análisis de Cetto se centraban en la organización de los espacios, sus
proporciones y la relación que establecían con sus contextos respectivos, urbanos o subur-
banos.
De una manera que recordaba a Vitruvio –para quien la arquitectura “consistía” de
seis principios fundamentales: ordenamiento, distribución, proporción, “euritmia”, decoro y
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economía–, Cetto se guiaba por criterios simil ares absorbidos durante su aprendizaje con
Poelzig y madurados a lo largo de casi cuatro décadas de práctica profesional ininterrumpida. La
aplicación de estos criterios jamás era absoluta, sino que estaba atemperada por una compren-
sión profunda y respetuosa de las circunstancias concretas –sociales, económicas, ecológicas
y culturales– de cada obra. Con todo y su apertura y empatía, en sus apreciaciones era posible
detectar cierta preferencia hacia las aproximaciones más racionalistas, no en el sentido formalis-
ta del término, sino en el de obras cuya forma y disposición evidenciaban una actitud razonada
o reflexiva hacia aquellas circunstancias, sin por ello negar –sino más bien siempre tratando
de afirmar– el valor de la imaginación y la “fuerza creativa” de los arquitectos. En este sentido
Cetto terminaba su texto introductorio citando a otro maestro alemán, Karl Friedrich
Schinkel:
Está uno realmente vivo sólo donde se crea algo nuevo; donde se siente uno seguro, el
estado es sospechoso por ‘seguro’. Algo que ya existe y sólo se maneja y se aplica repe-
tidamente es algo semivivo. En donde haya inseguridad, pero se sienta la inquietud y el
afán de exponer algo bello, esto es, mientras se busca, se está realmente vivo. 94
90 Max L. Cetto, Modern Architecture in Mexico, 175.
91 Aparte de la introducción y de la sección dedicada a Candela, el libro de Cetto tenía una sección sobre los centenarios
problemas ecológicos del valle de México y de cómo la producción arquitectónica de la ciudad estaba íntimamente ligada
a ellos. El análisis de este capítulo merece un estudio aparte. Es importante mencionar, sin embargo, que Cetto comenzó a
reflexionar sobre estos problemas especialmente después del terremoto de 1957, tras el cual escribió un texto premonitorio:
“Lettre de Mexique”, Zodiac, 1 octubre de 1957, 206. Ver Daniel Díaz Monterrubio y Juan Manuel Heredia, “Tarde o
temprano”, Arquine-Blog, 20 de septiembre de 2015, disponible en https://www.arquine.com/tarde-o-temprano/.
92 Sobre la vigencia vitruviana ver David Leatherbarrow, The Roots of Architectural Invention: Site, Enclosure, Materials
(Cambridge: Cambridge University Press, 1993).
93 Vitruvio, Los diez libros de la arquitectura, 12-14. En el manuscrito original: Libro I, Capítulo 2, secciones 1-9.
94 Max L. Cetto, Modern Architecture in Mexico, 32.
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