Page 41 - Libro Max Cetto
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Cristina López Uribe y Salvador Lizárraga Sánchez
el autor tiene ya una perspectiva mucho más madura –y crítica– de la arquitectura de los
heroicos veinte, que aquella del periodo de entreguerras.
En el texto introductorio hay ocasiones en que el lenguaje está claramente dirigido a un
lector extranjero, pero hay otras en las que es difícil no preguntarse cómo, ese mismo lector,
sería capaz de comprender algunos temas que con toda seguridad solo serían accesibles a
personas familiarizadas con México y su cultura. Aun así, una de las grandes virtudes de
este texto es que, al ser una obra escrita en una lengua extranjera y publicada en otro país,
abarca un universo cultural mayor que uno local; es decir, obliga al lector hispanoparlante a
sumergirse en un diálogo que trasciende sus fronteras culturales tradicionales. Pero además
se diferencia de otros libros sobre arquitectura moderna mexicana escritos por extranjeros
en que su autor vivió más de la mitad de su vida en nuestro país. Aunque su mirada es, sin
lugar a duda, más que nada la de un europeo, está permeada por su cultura adoptiva: la
mexicana. El texto introductorio de Cetto comienza con una conocida cita en latín del libro
De Re Aedificatoria de Alberti:
[…] el arquitecto será aquél que con un método y un procedimiento determinados
y dignos de admiración haya estudiado el modo de proyectar en teoría y también de
llevar a cabo en la práctica cualquier obra que, a partir del desplazamiento de los pesos
y la unión y el ensamblaje de los cuerpos, se adecue, de una forma hermosísima, a las
necesidades más propias de los seres humanos. 43
Con esta compleja definición del arquitecto, el autor sitúa su discurso en un extenso
periodo histórico: el de la modernidad. También, al recurrir a Alberti, el autor posiciona de
entrada a la arquitectura mexicana dentro de la historia occidental de la disciplina. Unos
párrafos más adelante invita abiertamente a los lectores que no gusten de las reflexiones
teóricas a acudir directamente al catálogo fotográfico:
Con esto hemos llegado al árido terreno de la estética o más bien de la crítica de ar-
quitectura y los lectores impacientes –sobre todo los señores arquitectos con grandes
oficinas– a los cuales incomodó desde el principio la máxima de Alberti, voltean las
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páginas para llegar a las ilustraciones.
Como veremos más adelante, las estructuras discursivas contenidas en este texto fueron
utilizadas de manera independiente de las imágenes en otros contextos, en conferencias
dictadas en México y el extranjero, así como en una revista. Además, su estructura narrativa
fue la base para un texto que el autor escribió sobre arquitectura latinoamericana.
El análisis histórico del texto introductorio es distinto a la lectura más común entre
los arquitectos mexicanos que se encargaron de construir las primeras historias de la arqui-
tectura moderna en el país. Cetto no ve a la arquitectura moderna como un producto de
la Revolución Mexicana. Se sitúa en un momento de agotamiento del estilo internacional
en todo el mundo y su propuesta para encontrar una solución se basa en cierto manierismo
que anticipa la postura –también manierista– de Robert Venturi. Encuentra en la libertad
espacial y formal de la arquitectura mexicana una salida a la monotonía que identifica en
la arquitectura del estilo internacional. Su narración histórica comienza en la arquitectu-
ra prehispánica, pasa por el barroco churrigueresco, el colonialismo de los siglos Xix y
Xx (irónicamente lo llama coca-colonialismo), hasta llegar al movimiento moderno, pe-
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riodo que culmina con el manierismo de la “demoniaca y embrolladora” casa cueva de
43 Leon Battista Alberti. De Re Aedificatoria. (Madrid: Ediciones Akal, 2007), 57.
44 Max Cetto, Modern Architecture in Mexico, 10.
45 Max Cetto, Modern Architecture in Mexico, 27.
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